lunes, 10 de diciembre de 2012

Poesía Maldita- Edgar Allan Poe



Un escritor maldito es indefinible.
No obstante eso tiene dos ineludibles características.
La primera es que escribe.
La segunda es que está maldito.
Sabemos muy bien que cuando estemos muertos y enterrados un montón de imbéciles de la Sorbona se va a doctorar gracias a nosotros, que otro montón de hijos de puta se va a enriquecer haciendo nuestra biografía y que los futuros editores venderán cinco millones de ejemplares del mismo libro que si ahora vendemos sólo cinco ya podemos comprarnos una pizza de tres pesos para festejar.
Yo sé muy bien que futuros lectores se conmoverán al leer que me prostituí para pagar el gas, que sufrirán al saber que cargué bolsas en el puerto para comprar papel, que llorarán desconsolados al leer que me hice ciruja para dar de comer a mis hijos del pecado. Sé que se enamorarán de mí al ver mi foto de prontuario de cuando asalté una farmacia para comprarme las Iluminaciones de Rimbaud, que leí en la cárcel y que encima no me gustaron y que este mismo cuaderno en el que escribo y que robé en un supermercado lo subastará Sotheby’s. Mientras sé muy bien todo esto, tengo que aguantarme que la Humanidad me desprecie. ¿Y saben lo que les digo? Digo: Ja. .. y además… que les importa que haya sido prostituta, ladrona y ciruja si no es eso lo que me hizo una curtida mujer de la literatura, sino que fue enterarme de que mi padre era en realidad mi hermano y que por lo tanto mi madre se casó con mi abuelo.
Pero para saber qué es en definitiva un escritor maldito, lo definiremos así.
Un escritor maldito se define por la sonrisa irónica con que estampa su firma inmortal en la hoja que le tiende el empleado de tribunales, ente vulgar y bruto, al entregarle la última cédula de desalojo.

Ni espero ni quiero que se dé crédito a la historia más extraordinaria, y, sin embargo, más familiar, que voy a referir. Tratándose de un caso en el que mis sentidos se niegan a aceptar su propio testimonio, yo habría de estar realmente loco si así lo creyera. No obstante, no estoy loco, y, con toda seguridad, no sueño. Pero mañana puedo morir y quisiera aliviar hoy mi espíritu. Mi inmediato deseo es mostrar al mundo, clara, concretamente y sin comentarios, una serie de simples acontecimientos domésticos que, por sus consecuencias, me han aterrorizado, torturado y anonadado. A pesar de todo, no trataré de esclarecerlos. A mí casi no me han producido otro sentimiento que el de horror; pero a muchas personas les parecerán menos terribles que barrocas. Tal vez más tarde haya una inteligencia que reduzca mi fantasma al estado de lugar común. Alguna inteligencia más serena, más lógica y mucho menos excitable que la mía, encontrará tan sólo en las circunstancias que relato con terror una serie normal de causas y de efectos naturalísimos. 

Edgar Allan Poe
 (Boston, EE UU, 1809-Baltimore, id., 1849) Poeta, cuentista y crítico estadounidense. Sus padres, actores de teatro itinerantes, murieron cuando él era todavía un niño. Edgar Allan Poe fue educado por John Allan, un acaudalado hombre de negocios de Richmond, y de 1815 a 1820 vivió con éste y su esposa en el Reino Unido, donde comenzó su educación.
Después de regresar a Estados Unidos, Edgar Allan Poe siguió estudiando en centros privados y asistió a la Universidad de Virginia, pero en 1827 su afición al juego y a la bebida le acarreó la expulsión. Abandonó poco después el puesto de empleado que le había asignado su padre adoptivo, y viajó a Boston, donde publicó anónimamente su primer libro, Tamerlán y otros poemas (Tamerlane and Other Poems, 1827).
Se alistó luego en el ejército, en el que permaneció dos años. En 1829 apareció su segundo libro de poemas, Al Aaraf, y obtuvo, por influencia de su padre adoptivo, un cargo en la Academia Militar de West Point, de la que a los pocos meses fue expulsado por negligencia en el cumplimiento del deber.
En 1832, y después de la publicación de su tercer libro, Poemas (Poems by Edgar Allan Poe, 1831), se desplazó a Baltimore, donde contrajo matrimonio con su jovencísima prima Virginia Clem, que contaba sólo catorce años de edad. Por esta época entró como redactor en el periódico Southern Baltimore Messenger, y más tarde en varias revistas en Filadelfia y Nueva York, ciudad en la que se había instalado con su esposa en 1837.

Su labor como crítico literario incisivo y a menudo escandaloso le granjeó cierta notoriedad, y sus originales apreciaciones acerca del cuento y de la naturaleza de la poesía no dejarían de ganar influencia con el tiempo. La larga enfermedad de su esposa convirtió su matrimonio en una experiencia amarga; cuando ella murió, en 1847, se agravó su tendencia al alcoholismo y al consumo de drogas, según testimonio de sus contemporáneos. Ambas fueron, con toda probabilidad, la causa de su muerte.
La obra de Edgar Allan Poe
Según Poe, la máxima expresión literaria era la poesía, y a ella dedicó sus mayores esfuerzos. Es justamente célebre su extenso poema El cuervo (The Raven, 1845), donde su dominio del ritmo y la sonoridad del verso llegan a su máxima expresión. Las campanas (The Bells, 1849), que evoca constantemente sonidos metálicos, Ulalume (1831) yAnnabel Lee (1849) manifiestan idéntico virtuosismo.
Pero la genialidad y la originalidad de Edgar Allan Poe encuentran quizás su mejor expresión en los cuentos, que, según sus propias apreciaciones críticas, son la segunda forma literaria, pues permiten una lectura sin interrupciones, y por tanto la unidad de efecto que resulta imposible en la novela.
Publicados bajo el título Cuentos de lo grotesco y de lo arabesco (Tales of the Grotesque and Arabesque, 1840), aunque hubo nuevas recopilaciones de narraciones suyas en 1843 y 1845, la mayoría se desarrolla en un ambiente gótico y siniestro, plagado de intervenciones sobrenaturales, y en muchos casos preludian la literatura moderna de terror; buen ejemplo de ello es La caída de la casa Usher (The Fall of the House of Usher).
Su cuento Los crímenes de la calle Morgue (The Murders in the Rue Morgue) se ha considerado, con toda razón, como el fundador del género de la novela de misterio y detectivesca. Destaca también su única novela Las aventuras de Arthur Gordon Pym (The Narrative of Arthur Gordon Pym), de crudo realismo y en la que reaparecen numerosos elementos de sus cuentos. La obra de Poe influyó notablemente en los simbolistas franceses, en especial en Charles Baudelaire, quien lo dio a conocer en Europa.

Bibliografía:
Ruggeri,Paula (2009) Definición del escritor maldito. En línea 18 de enero de 2009 <http://www.revistadeletras.net/definicion-del-escritor-maldito/> Consulta 30 de noviembre de 2012.

Anonimo (2012) El gato negro. En línea 8 de junio de 2012. http://rincon--paranormal.blogspot.mx/2012/08/el-gato-negro-edgar-allan-poe.html consulta 30 de noviembre 2012.

Anonimo (2010) Edgar Allan  Poe. En línea 15 de mayo de 2010 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/poe.htm  consultado el 30 de noviembre 2012.

Claudia Andrea García Ruíz

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